sábado, 26 de mayo de 2007

Mi experiencia

Eran apresuradamente las 9 de la mañana. Una vez finalizado el bello Himno, la emoción, una cantidad infinita de personas que gritaba y aplaudía bajo una nube de guirnaldas celestes y blancas. Ahí estábamos, eran las Fiestas Mayas: Aru, Vivi, Naty, Sandra y yo finalizábamos el inicio. En medio de tanta confusión, comenzamos a avanzar hasta llegar a la vaya de salida. Unas lágrimas que forzaban su salida, y las piernas que poco a poco comenzaban a moverse. Para ese entonces solo Viv y yo, las dos juntas, como cada lunes y miércoles desde diciembre.

Éramos 5 en medio de algo enorme. Ya no éramos solo nosotros, si no que formábamos parte de algo más grande, que nos superaba en cantidad y forma. Hacia adelante, atrás y ambos costados, remeras blancas con detalles verdes, números, viseras, y algún que otro reproductor.

En el primer kilometro, se unió mi segunda compañera de ruta: la música… que para mi asombro sonaba Three littles birds: “dont worry about a thing, every little thing is gonna be allright”. Era un canto animador, lleno de entusiasmo, y como es tan característico de Bob, cantando a la Luz que alumbra nuestras vidas.

Seguimos así, un kilometro mas, llegando donde, nos dividíamos con Viv, ella tomaría la ruta 3, mientras yo seguía en la 10. Sin embargo un nuevo asombro acompañado de una frase: “te acompaño, sigo con vos”. Así que seguimos así unos metros mas, hasta que la organización nos dirigió hacia la derecha, ya que a la izquierda se sentía la presura de aquellos que tomaban la delantera, aquellos que lideraban de alguna manera semejante universo. Era una sensación extraña, nosotras recién comenzábamos y ya había quienes tenían más de la mitad del trayecto cumplido. Seguidamente los participantes sin piernas, algo verdaderamente admirable: su fuerza de voluntad, su no detenerse frente a circunstancias que simulan ser limitantes y definitorias.

Llegamos al 3, y luego al 4. Ya el ego del cuerpo comenzaba a reclamar su condición de conformidad y confort: “Basta, ya no puedo seguir”, el pecho, las piernas, repetían una y otra vez, hasta llegar al 5, donde cedí por aproximadamente 1,5 minutos. Vivi, a mi lado, como una verdadera líder, cuidando y motivando, ayudándome a ponerme del lado de mi alma, del esfuerzo y de la revelación.

Continuamos con nuestro ritmo, hasta que en el 5 la bendición del agua llego a nosotras. El correr de la sangre por las venas se sentía de una manera nunca percibida antes. Y de pronto: Onda onda, buena onda!!!. El incentivo que necesitaba. Había pasado poco mas de media hora de esta travesía cuando recordé la largas noches bajo la luna bailando prácticamente sin detenerme, entonces pregunte ¿Cómo existe la posibilidad que me detenga ahora?, por lo que mientras seguía hasta el 6, la reminiscencia comenzó a moverme nuevamente, un salto, una palmada, y la sonrisa de Viv: “hace todo lo que te haga bien, estas limpiando” (curiosamente esa frase la había escuchado horas antes de otra de las personas de gran influencia en mi).

Ya en el 6, con el nuevo renovado y limpio aire, comencé a sentir la suavidad de las caricias de los rayos del sol, la energía misma se apoderaba de mí ser.

Llegamos hasta un lugar, donde el estrepito timbre los autos que pasaban por las calles continuaban el ritmo de la música. En ese momento, levanto la mirada, y ya estábamos en el 7. Ya teníamos más de medio camino recorrido, una felicidad enorme comenzaba a inundarnos. Un esfuerzo mas, y ya el 8. Para ese entonces, recorríamos caminos conocidos, la luz del sol iluminaba las calmas aguas del lago.

Con el espíritu renovado, el reclamo del cuerpo ya no tenía la misma intensidad, por lo que aunque el 9 todavía se sentía lejos, contábamos con la fuerza necesaria para continuar.

Finalmente un gran 9 apareció frente a nosotras, el final, o quizá el inicio, estaba a unos cuantos pasos delante nuestro. Ya nada detenía nuestro andar. La música, siempre presente, Viv siguiendo pistas para alivianar nuestro andar, un gran deseo de llegar acompañado del sentimiento de que no termine nunca.

Y un nuevo asombro: I wil survive, increíble!. Corriendo y cantando, ya vislumbrábamos cual seria la meta. La calle indicaba nuestro camino y delante nuestro la vaya que habíamos cruzado hacia 1 hora 20 segundos. Gritos, aplausos, el animo de quienes ya habían concluido adornaban tan gratificante visión. Hasta que la visión fue un hecho: nos encontrábamos cruzando la línea de llegada. Una emoción inconmensurable, lo habíamos logrado. Me invadió de inmediato el deseo de seguir, es mas, el cuerpo que antes había reclamado un alto, no podía detener su marcha!.

Lentamente llegue a un estado de quietud, a una sensación y sensibilidad de cada segmento de mí ser. Seguido, el reencuentro con mis compañeros, quienes con risas y abrazos concluían tan maravillosa experiencia que quedo inmortalizada en pequeños retratos. Pequeños en sentido de que jamás podrán transmitir tan inmensos sentimientos de orgullo, emoción y Vida.

2 comentarios:

Mane dijo...

La vida es aqui.
Está llena de pequeños pasos, que entre lágrimas y cánticos nos van llevando a la mesa y a la meta.
Para que se nos muestre la misión,
que nos fue dada de lo Alto,
Encender Otras Velas, Tocar Otras Vidas,
para que Despierten...
Y rescatemos a las víctimas de ayer,
para que se animen a ser los protagonistas de Hoy.
Y descubren -al fin- el secreto que llevan en Sí Mismos.
Masterkeys.

Ary Bielawin dijo...

Me demore, es cierto, me demore mucho, por problemas "tecnologicos" y problemas "yoicos"... sin embargo estoy, tarde, pero aqui.

Manuel dice "tocar otras vidas"... "el secreto que llevan en si mismos"... vos encendes mi vida cuando mas oscura esta se encuentra.

Sabes muy bien por el proceso actual que estoy atravezando y es para mi de un valor incalculable el hecho de que me acompañes, hoy y cada dia.

Tu blog es el mejor. Son tus pensamientos, palabras, tu existencia. Unis con ellas los mundos y materializas la magia de su poder.

Ary.