Marcos 10, 13-16
Mi deseo para todos nosotros es que no perdamos nuestra alma de niños, tal cual como lo profetizo Jesus hace ya mas de dos mil años atras.
Es tan solo el comienzo de una busqueda, o quiza del comienzo de un encuentro. Iluminar a otros, de alguna manera casi inentendible e incomprensible, por lo menos por ahora.
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